Jerusalén, EFE
El hallazgo en Gaza de los cadáveres de seis rehenes israelíes que Hamás mantenía cautivos provocó una ola de protestas y una huelga general en Israel.
La ira contra el primer ministro, Benjamín Netanyahu se reavivó, y se ensancharon las fisuras dentro de su propio gobierno por no acordar una tregua con el
grupo islamista.
Con cajas envueltas en banderas que simulan ataúdes, familiares de las víctimas encabezaron una multitudinaria marcha en Tel Aviv y llamaron “a todo Israel a tomar las calles y elegir el lado correcto de la historia”.
Las protestas se contagiaron a Jerusalén —frente al Parlamento— y a una docena de puntos a lo largo del país para demandar la dimisión de Netanyahu.
También exigen una tregua con Hamás, que permita la liberación de los 97 rehenes (de los cuales un tercio ya perdió la vida) que continúan en Gaza.
Muertos por disparos
El Instituto Nacional de Medicina Forense de Israel determinó ayer que las víctimas fueron “asesinadas” por “varios disparos” de milicianos de Hamás.
Se trata de cuatro hombres y dos mujeres: Carmel Gat, Eden Yerushalmi, el estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin, Almog Sarusi, Ori Danino y Alexander Lobanov, todos secuestrados por Hamás en su ataque del 7 de octubre, que dejó un total de 1 mil 200 muertos y 251 secuestrados.
Hamás culpó a Israel y a su principal socio y proveedor de armas, Estados Unidos, por la muerte de los rehenes, asegurando que murieron por “bombardeos” israelíes.
Actualmente quedan en Gaza 97 rehenes, de los cuales se cree que un tercio ha muerto.