Jerusalén, EFE
Una oleada de judíos irrumpió ayer en la ciudad de Jerusalén y se situaron en la Explanada de las Mezquitas, en donde se pusieron a orar, en conmemoración de la caída del Primer Templo, hace 2 mil años.
Algunos de los colonos enarbolaron banderas de Israel y rezaron en el lugar a pesar de tenerlo prohibido, ya que el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes.
Catar, uno de los principales mediadores, advirtió que la acción pone en riesgo los esfuerzos que se están realizando para reanimar las negociaciones de paz.
1,400 judíos conmemoraron un acontecimiento importante en la historia de Israel
Los hebreos, que entraron en la explanada escoltados por la Policía y de manera organizada, accedieron en grupos de 50 personas.
Con ellos tambén ingresó al lugar el ministro israelí de Seguridad Nacional, el ultraderechista y colono Itamar Ben Gvir, para reivindicar el derecho de los judíos a orar en él, provocando el enfado de la población palestina.
Condenan los sucesos
Estados Unidos y los países de la Unión Europea reprobaron la incursión realizada por los judíos.
“La UE condena enérgicamente las provocaciones del ministro Ben Gvir quien, durante su visita a los Santos Lugares, abogó por la violación del statu quo”, indicó el alto representante comunitario de Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, en la red social X.