Washington, EFE
Estados Unidos pidió ayer que el proceso de conversaciones que retomará con el gobierno de Nicolás Maduro, en Venezuela, sea de “buena fe” y reiteró su petición para que las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio en el país suramericano sean competitivas e inclusivas.
“Somos conscientes de que el cambio democrático no será fácil y requiere de un compromiso serio”, dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La administración estadounidense está comprometida en “apoyar la voluntad del pueblo venezolano y encontrar un camino hacia la gobernanza democrática a través de elecciones competitivas e inclusivas”, añadió la misma fuente.
El vocero adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, no quiso dar mayores detalles, pero subrayó que el Acuerdo de Barbados del año pasado entre el chavismo y la oposición “es el mejor camino para restaurar la democracia que los venezolanos merecen”.
El gobierno de Biden se expresó así después de que Maduro anunció que reanudará la interlocución. “Luego de pensarlo durante dos meses, he aceptado; muy próximo se reinician las conversaciones”, expresó el mandatario venezolano.
También señaló que esta nueva ronda será para que Estados Unidos “cumpla con los acuerdos firmados en Catar y restablecer los términos con respeto, sin manipulaciones”.
Desde marzo de 2022, cuando una delegación de la Casa Blanca viajó a Caracas para reunirse con Maduro, las pláticas entre ambos países han sido intermitentes y con altibajos. De ahí que EE. UU. levantó parcialmente las sanciones a Venezuela en octubre pasado, pero el gobierno de Biden revirtió el alivio seis meses después por la inhabilitación electoral de la líder opositora María Corina Machado.