Sevilla, EFE
El central Sergio Ramos declaró ayer, en su despedida como futbolista del Sevilla, que se va “después de cumplir los dos objetivos” que se había puesto antes de volver a su club formador, “homenajear a Antonio Puerta, a José Antonio Reyes” y demostrarle a los sevillistas sus “sentimientos”, pero además aseguró que aún no tiene decidido su futuro ni nada firmado con otro club.
Sergio Ramos, de 38 años y quien decidió no prolongar un contrato que expira el próximo 30 de junio, aseguró en la sala de prensa del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, en la que compareció junto al presidente del club, José María del Nido Carrasco, que “irse de casa no es una decisión fácil”, pero que “en la vida hay que saber decir adiós y cerrar las etapas” a pesar de que “el club ha hecho todo lo
posible para que siguiera”.
“El presidente llegó a ofrecer, como comentó en su día, un contrato vitalicio y se lo agradezco, así que me voy de la misma forma en la que llegué, con un abrazo sincero para todo el mundo. Es una decisión que tomo por cuestiones familiares y personales”, dijo el camero, quien negó tener arreglo con equipo alguno, aunque mostró su preferencia por la liga de Estados Unidos, “un país atractivo por su calidad de vida y su filosofía”.
Ramos reiteró que “para nada el dinero haya sido un problema” para seguir o no en el Sevilla, al que comunicó su decisión antes de finalizar junio porque “quería que el club tuviera el tiempo suficiente para plantear la nueva temporada” y del que se marcha “con la cabeza alta y la conciencia tranquila”.