Jerusalén, EFE
El rescate de los cuatro cautivos de Hamás, Noa Argamani, Almog Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Ziv dio un respiro al Gobierno de Netanyahu, al validar en cierto grado la premisa de que la presión militar puede devolver a algunos secuestrados, pero disminuyó la posibilidad de una tregua.
Más de 270 palestinos murieron y cerca de 680 resultaron heridos en la liberación de los rehenes en el campo de refugiados de Nuseirat, centro de Gaza, confirmó el Ministerio de Sanidad gazatí, en la que ha sido una de las operaciones más violentas por este tipo de hechos.
En el ataque fallecieron 64 niños, 57 mujeres y 37 ancianos, denunció la Oficina de Medios del Gobierno gazatí, controlado por Hamás, mientras que 89 casas habitadas y edificios residenciales fueron bombardeados por Israel.
“Seguiremos haciendo juntos todo lo posible para recuperar a todos nuestros secuestrados y para lograr una victoria sobre nuestro enemigo”, dijo ayer el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en unas declaraciones pronunciadas al inicio del Consejo de Ministros.
Dimite ministro de Guerra
Por aparte, el ministro del Gabinete de Guerra israelí, Benny Gantz, anunció su dimisión del Ejecutivo de Emergencia creado por el primer ministro Netanyahu, al considerar que se interpone a los planes del Gobierno.
“Netanyahu nos impide avanzar hacia una verdadera victoria. Por esta razón, hoy abandonamos el Gobierno de Emergencia, con el corazón apesadumbrado, pero con todo el corazón”, dijo Gantz.