Tegucigalpa, EFE
Un grupo de unos 250 migrantes, hondureños y venezolanos, salió ayer hacia el punto de Corinto, fronterizo con Guatemala, como parte de una caravana que se dirige hacia Estados Unidos, en busca de mejores condiciones de vida.
El contingente salió a pie de la Gran Central Metropolitana, la principal terminal de autobuses de San Pedro Sula (norte), la segunda ciudad más importante de Honduras.
Integran el contingente, mujeres con niños, algunas en grupos familiares o de amigos, de
varias regiones de la república centroamericana, así como muchos venezolanos.
Según el relato de vecinos, la falta de empleo y la inseguridad son las principales causas por las que se van de sus hogares.
“Buscamos un mejor futuro, en Honduras no hay trabajo”, expresó uno de los migrantes que se identificó solo como Sofía, quien señaló que procede de Tegucigalpa, la capital de Honduras.
Diferentes sectores consideran que la presidenta no ha cumplido con la promesa que hizo en campaña y al asumir el poder, de mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas y frenar la migración. Según organismos de derechos humanos, a diario entre 700 y 1 mil hondureños abandonan su tierra natal por los problemas socioeconómicos, con una violencia criminal que deja al menos diez muertos diarios.