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Ocho goles en sus dos últimos partidos, disputados mientras descansaba el Real Madrid, su rival en cuartos de final de Champions, alimentan el poder ofensivo del Manchester City, obligado a un esfuerzo físico extra al tener que remontar en casa del Crystal Palace, bajo el liderazgo de un sublime Kevin De Bruyne y con Erling Haaland recuperando el olfato goleador.
Aumentó el City la presión al Liverpool, que mañana visitará Old Trafford, igualando los 70 puntos del líder. Cumpliendo con el papel de favorito en Selhurst Park luego de un susto inicial. Un castigo recurrente al mal repliegue por pérdida como punto débil del dominador equipo de Pep Guardiola que dio descanso a Bernardo Silva y Foden con la mente en el Bernabéu.
A buen seguro lo tiene anotado en rojo en su libreta Carlo Ancelotti. La opción de dañar con velocidad a un Manchester City que encuentra debilidad en su defensa de tres, desguarnecida en la pérdida de balón.