Seúl, EFE
Los Ángeles Dodgers, en el debut de su gran estrella, el japonés Shohei Ohtani, se apuntaron la victoria en el partido inaugural de las Grandes Ligas, disputado ayer en Corea del Sur, al derrotar por 2-5 a los San Diego Padres en el clásico californiano, gracias a una remontada en los últimos instantes del juego. Un rally de cuatro anotaciones en la parte alta de la octava entrada concedió a los Dodgers la ventaja definitiva, después de un inicio errático.
El puertorriqueño Enrique Hernández inició el regreso con un globo de sacrificio al jardín izquierdo que impulsó a Max Muncy al plato. A ello siguió un error en el fildeo de Jake Cronenworth, que permitió cruzar por el plato al dominicano Teoscar Hernández.
Posteriormente, dos sencillos de Mookie Betts y la estrella nipona Shohei Ohtani, en su debut con los Dodgers en temporada regular, empujaron las carreras de James Outman y Gavin Lux.
Ohtani cerró con una remolcada, dos sencillos y una base robada su primer choque con los Dodgers.
El nipón, nombrado MVP de la Liga Americana la campaña pasada, firmó en invierno un contrato récord de 700 millones de dólares y 10 años para unirse a los Dodgers, procedente de los Angelinos de Anaheim.
Este clásico californiano, disputado en el Gocheok Sky Dome de Seúl, convirtió a Corea del Sur en la sexta sede fuera de Estados Unidos y Canadá en acoger un duelo oficial de las Grandes Ligas, después de México, Australia, Japón, Puerto Rico y Reino Unido.