EFE
Un mejorado Nápoles se juega el boleto para el Mundial de Clubes 2025.
El Barcelona se juega este martes contra un emergente Nápoles (14:00 horas) mucho más que el pase a cuartos de final, o que los 10.6 millones de euros de bono por la clasificación, el volver a creer en sí mismo, en una temporada complicada, con un entrenador, como Xavi Hernández, con fecha de caducidad y muchas dudas.
Por eso, los azulgranas, que no pierden desde el 27 de enero y acumulan 8 partidos sin caer, tienen que agarrarse al momento. Necesitan un triunfo después del 1-1 de la ida, en una eliminatoria que sigue, por el momento, el mismo camino que la última disputada entre napolitanos y blaugranas; fue en la campaña 2019-2020, con un empate a uno en la ida y un 3-1 en la vuelta para los catalanes.
Aquella fue la última vez en la que el Barcelona se clasificó para cuartos y el recuerdo de la siguiente ronda es la que perdura en la memoria del barcelonismo, con aquel 8-2 contra el Bayern en una
eliminatoria a partido único.
Ahora el Barcelona, que no arranca en la Liga y que está fuera de la Copa del Rey, necesita agarrarse como sea a la Champions. Primero para cuadrar su presupuesto, algo fundamental en un período de vacas flacas para la economía culé como el que vive.
Hasta la fecha, los azulgranas han ingresado 70.55 millones de euros en la presente Liga de Campeones, si pasan de ronda sumarán 10.6 millones más, 81.15 en total y al menos habrá cubierto el
expediente económico.
Otra cosa son las dudas en el aspecto deportivo. Se sostiene el Barsa de Xavi de dos adolescentes, uno en la punta de lanza: Lamine Yamal (16 años); otro en el eje central: Pau Cubarsí (17); y apelará a la necesidad para sacar adelante el partido.
Neutralizada la compleja situación de incertidumbre que vivió hace apenas unas semanas, con el despido de Walter Mazzarri a escasas horas del duelo de ida de esta serie, el Nápoles comparecerá en Montjuic con un lavado de cara importante por la llegada del nuevo técnico, el italiano Francesco Calzona, quien encarará el desafío invicto, con 5 partidos seguidos sin perder. Y es que el vigente campeón de Italia, aunque en una temporada para el olvido después de haber tocado la gloria en la pasada y en la que las dudas siguen a la orden del día por el reciente empate frente al Torino, vive uno de sus mejores momentos.
Lleva 6 partidos consecutivos (2 ganados, 4 empates) sin perder, la mejor racha de toda la campaña, en la que está jugando muy por debajo del nivel mostrado en la anterior. La reciente victoria sobre la Juve le dio una dosis de confianza al equipo, que pelea también por meterse en el próximo Mundial de Clubes de la FIFA.