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Los ministros de Economía del G20 reunidos ayer y hoy en São Paulo, Brasil, centro financiero de la economía más potente de América Latina, adonde llegaron cerca de 450 delegados, buscan combatir las desigualdades y la pobreza, así como promover una transición ecológica con justicia social, aunque prevén un difícil resultado.
El ministro de Hacienda brasileño, Fernando Haddad, quien participa de forma remota tras dar positivo de Covid, anticipó que propondrá establecer una tributación unificada para las grandes fortunas, parecida a la aprobada el año pasado en su país.
La oenegé Oxfam ha apoyado la iniciativa y en un informe divulgado el lunes señaló que un impuesto de hasta el 5 por ciento al patrimonio y las ganancias de los más ricos en los países del G20 sería suficiente para acabar con el hambre mundial.