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Los hondureños siguen con atención el juicio, en Nueva York, contra el expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), acusado de tres delitos asociados al narcotráfico, y que se espera comience hoy, dos años después de que fue solicitado en extradición y capturado en su residencia en Tegucigalpa.
El 15 de febrero de 2022, Hernández fue detenido por las autoridades hondureñas a petición de los Estados Unidos, por su supuesta asociación con algunos de los mayores traficantes de cocaína del mundo, para transportar toneladas del estupefaciente a través de su país a la nación norteamericana.
Se alega que el exjefe de Estado usó sus poderes políticos para proteger y ayudar a los narcotraficantes y líderes de cárteles, alertándolos sobre posibles interdicciones y permitir la violencia armada para apoyar el tráfico de drogas.
Entre 2014 y lo que va de 2024 han sido entregados en extradición unos 40 hondureños, incluidos el expresidente, un hermano suyo, Juan Antonio, quien ya fue condenado a cadena perpetua, y el exdirector de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla, y aunque no han sido acusados, los nombres de los exmandatarios Manuel Zelaya y Porfirio Lobo han salido también a relucir en testimonios, en Nueva York, de extraditados que pertenecieron a cárteles de la droga, algunos de los cuales operan en la actualidad en Honduras.
Otro exjefe de Estado hondureño, Rafael Callejas (1990-1994), enfrentó un juicio en EE. UU., que trascendió en 2015, por un millonario escándalo de corrupción en la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA).
Con libertad condicionada y afectado por una leucemia, Callejas murió en EE. UU. en abril de 2020.