Foto: EFE
El fin oficial del Carnaval, que fue el martes, no impidió que el Miércoles de Ceniza numerosas comparsas salieran a las calles en varias ciudades de Brasil, principalmente en Río de Janeiro, Salvador, Recife y Olinda, para extender la fiesta lo máximo posible.
Pese a que oficialmente Brasil tenía que volver a la normalidad y las empresas, bancos y oficinas públicas abrir sus puertas al mediodía, miles de personas volvieron a disfrazarse para aprovechar la música de las últimas horas.
Tanto los blocos, como son conocidas las comparsas con orquesta que desfilan gratuitamente y atraen a cientos de personas dispuestas a divertirse, como los tríos eléctricos (camiones adaptados con una plataforma para los músicos) arrastraron a quienes insistían en prolongar la festividad hasta el último momento.
4 ciudades extendieron el festejo.
En Salvador, cuyas actividades compiten en popularidad y emoción con el de Río de Janeiro, los desfiles continuaron todo el día; en Olinda, el bloco Bacalao do Batata madrugó para animar a los miles de fiesteros.
En Río de Janeiro participaron nueve grupos, los primeros de los cuales, con sugestivos nombres de Aún aguanto y Me entierra.
Mientras que los jurados para los diferentes criterios que definen al campeón se preparaban para anunciar al sucesor de la escuela Imperatriz Leopoldinense.