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El expresidente de Panamá (2009-2014) y aspirante a la reelección Ricardo Martinelli, condenado a más de 10 años de prisión y al pago de una multa de más de 19 millones de dólares por blanqueo de capitales, se convirtió en el tercer exjefe de Estado en solicitar asilo en la Nicaragua gobernada por el sandinista Daniel Ortega.
Martinelli, de 71 años y que se dice un perseguido político, se une así a los expresidentes de El Salvador Mauricio Funes (2009- 2014) y Salvador Sánchez Cerén (2014-2019); ambos, considerados prófugos de la Justicia de ese país y a quienes, tras concedérseles el refugio, les fue otorgada la nacionalidad nicaragüense.
19 millones de dólares de multa se le impuso el exmandatario de Panamá.
Martinelli pidió el citado privilegio en la Embajada de Nicaragua en Panamá y le fue concedido de forma expedida, en tanto Funes y Sánchez Cerén lo hicieron directamente en el territorio nicaragüense. Funes solicitó asilo político al Gobierno sandinista el 1 de septiembre de 2016 y, un día después, se le brindó una respuesta positiva, mientras que el beneficio, también, fue extendido a su compañera, Ada Michell Guzmán Sigüenza, y a sus hijos Carlos Mauricio Funes Velasco, Diego Roberto Funes Cañas y Mauricio Alejandro Funes Guzmán.
Sánchez Cerén recibió la nacionalidad nicaragüense junto a su esposa, Rosa Margarita Villalta; su hija, Claudia Lissette Sánchez Villalta, y su nieto Juan Carlos Guardado Sánchez, quien es relacionado con un caso de corrupción.