Redacción deportes, EFE.- La victoria contra el Sheffield, después de dos derrotas, fue un espejismo para el Chelsea que volvió a la cruda realidad y recibió, en el Molineux Stadium, un nuevo revés y salió batido frente el Wolverhampton (2-1), que deja al conjunto de Mauricio Pochettino más cerca de la zona de descenso que de Europa.
No carbura el conjunto londinense que volvió a las andadas víctima de sus propios errores. Un equipo que concede tanto como el del preparador argentino tiene un mal panorama. Juega a impulsos el Chelsea, plagado de talento, excesivamente individual. Sin orden, sin criterio.
Sale muy dañado Pochettino, incapaz de dar un giro a la situación. Su equipo fue superado por el Wolverhampton, un rival nada extraordinario pero más organizado que llevaba dos partidos sin ganar y que cenará en Nochebuena feliz por el reencuentro con el triunfo, en el ecuador de la clasificación y a la misma altura que su todopoderoso rival.
Tuvo el Chelsea la victoria en la mano porque dispuso de las ocasiones más claras hasta la segunda mitad, cuando el partido se abrió, enloqueció y fue un correcalles, un intercambio de golpes que anticipó al combinado de Gary O’Neill.
EFE