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El papa Francisco celebró el domingo pasado su 87 cumpleaños en el Aula Pablo VI del Vaticano, en compañía de niños de un hospital pediátrico de la Santa Sede.
El festejo se dio en medio de los conocidos problemas de salud del pontífice, con dificultades para caminar por su dolor en la rodilla, lo que le obliga a ser llevado en una silla de ruedas.
Tradicionalmente, en el Vaticano no se celebran los cumpleaños sino la onomástica, pero esta fiesta de cumpleaños ya se convirtió en una tradición, según el Vatican News. El santo padre, aquejado recientemente por una bronquitis, tuvo, también, un pastel en el que aparecía representado él mismo rodeado de niños y otras personas.