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El reciclaje inclusivo tiene un impacto social, económico y ambiental y, a la vez, puede evitar la emisión de 195 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año en Latinoamérica, de acuerdo con Latitud R, la plataforma regional para la articulación de acciones, inversiones y conocimiento en materia de reciclaje inclusivo.
Estas conclusiones fueron parte del programa piloto lanzado en 2022 por Latitud R, que ha creado la primera herramienta para calcular el valor e impacto climático generado por las recicladoras en América Latina. Se trata del primer proyecto que demuestra científicamente el impacto positivo de la referida modalidad frente al cambio climático, además de mostrar la importancia de esta actividad para impulsar la economía circular.
16 toneladas de gases contaminantes dejan de emitirse al procesar materiales no ferrosos.
El modelo de funcionamiento de esta herramienta se centra en que, para estimar la huella de carbono, se consideran las emisiones de gases contaminantes provenientes de la energía de la red eléctrica consumida por el centro de reciclaje, el combustible utilizado por maquinaria estacionaria (calderas y hornos) y la combustión de los vehículos que recolectan los residuos.
En el caso de los plásticos, la herramienta de Latitud R encontró que por cada tonelada de material que se recupera se evita la emisión de 1.27 toneladas de CO2, mientras que en los celulósicos esta cantidad es de 0.24 toneladas. Para los materiales no ferrosos como el aluminio, la plataforma informó que por cada tonelada procesada ya no se emiten 16 de gases contaminantes al medioambiente.