Guatemala ha obtenido mejoras en la perspectiva económica mediante las calificadoras internacionales de riesgo, las cuales destacan la proyección de crecimiento de 3.4 por ciento para este año y 3.5 para los próximos.
Así se refirió el presidente del Banco de Guatemala (Banguat), Alvaro González Ricci, a los resultados obtenidos, los cuales demuestran la confianza y valoración a lo que está haciendo nuestra nación para responder a la crisis. En 2022, este país fue el único del mundo al que tres de esas instituciones le dieron un cambio positivo.
“Este año nos subieron de letra Fitch Ratings, Standard & Poor´s, y queda una tercera, Moody’s, en mayo del próximo año”, afirmó el funcionario. La meta de estas acciones es llevar a Guatemala al grado de inversión, a fin de que la imagen del país en el extranjero sea totalmente diferente. Nuestro territorio superó las expectativas concedidas por la segunda entidad internacional citada, una de las principales agencias del mundo de ese tipo, como resultado del buen manejo de la macroeconomía.
3 entidades han emitido opinión acerca del trabajo del Gobierno.
El Banco Central indicó que, en un informe publicado el 11 de abril pasado, Standard & Poor´s Global Ratings mejoró la calificación de riesgo crediticio al subir de BB- (perspectiva positiva) a BB (perspectiva estable).
Asimismo, el documento resalta la expectativa de crecimiento, indicador en el que se estima un aumento del 3.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) para 2023 y porcentajes de 3.5 en el futuro inmediato. Por su parte, Fitch Ratings, el 16 de febrero de este año, cambió la calificación crediticia de Guatemala de BB- (perspectiva positiva) ubicándola en BB (perspectiva estable).
Ello, como resultado del buen desempeño fiscal y económico, así como del progreso en las métricas externas. Valora las acciones de respuesta a la pandemia y los choques de precios globales. En su informe publicado el 15 de junio 2022, Moody´s Investor Service elevó la proyección de la certificación de riesgo crediticia de Guatemala de negativa a estable, producto del buen desempeño fiscal, la fuerte recuperación económica y las políticas fiscales y monetarias.