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El río Negro, principal afluente del margen izquierdo del Amazonas, registró ayer un caudal de 13.59 metros de altura, su menor nivel desde que empezaron los registros en 1902, según datos del Puerto de Manaus, en el norte de Brasil.
El afluente, que se extiende a lo largo de 1700 kilómetros por Colombia, Venezuela y Brasil, batió su menor marca hasta la fecha, registrada en junio de 2010 con 13.63 metros, en medio de una de las peores sequías que se recuerdan en la región amazónica. Desde inicios de julio, el caudal del Negro, llamado así por el tono oscuro de sus aguas, ha disminuido 14.4 metros, desde los 28 metros hasta el nivel actual.
El descenso de los ríos que forman la cuenca del Amazonas ha complicado la navegación de barcos de carga, de los que depende la región para importar y exportar mercancías. En alerta, la Asociación Brasileña de Armadores de Cabotaje prevé que la sequía de este año impida transportar el 50 por ciento de las mercancías y que, “en el peor escenario”, la navegación deje de ser posible.
Los problemas de bajo caudal se han ido agravando en los últimos 10 años y, como consecuencia, entre octubre y noviembre de 2022 las autoridades impusieron límites de hasta un 50 por ciento en la navegación fluvial, según la asociación.
La combinación de altas temperaturas, vinculadas al fenómeno de El Niño, y bajo caudal de los afluentes del Amazonas ha provocado la muerte, entre septiembre y octubre, de más de 140 delfines de dos especies en peligro de extinción.