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Con el VAR en contra, que no dio validez a un gol legal de Luis Díaz, dos expulsiones, de Curtis Jones y Diogo Jota, y un gol en propia puerta en el último segundo, el Liverpool cayó de la forma más cruel posible este sábado en el norte de Londres frente al Tottenham Hotspur (2-1).
Los de Jurgen Klopp sufrieron un partido con todo en contra, desde la expulsión de Jones a los 25 minutos, al gol anulado con 0-0 a Díaz, de forma incomprensible porque estaba en posición reglamentaria, pasando por la roja a Jota, expulsado por doble amarilla en menos de un minuto, y hasta el gol de Joel Matip en el último segundo de partido.
Una pesadilla que no tenía fin y de la que pensaban que habían sobrevivido cuando en el minuto 95 el tanto de Cody Gakpo sería para igualar el gol inicial de Heung-min Son. Hasta que un centro de Pedro Porro, en el último segundo, lo desvió Matip a su propia escuadra y terminó por poner de rodillas a unos reds que no merecieron tan duro castigo.