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El Milan perdonó al Newcastle (0-0) en su retorno a la Liga de Campeones en un partido en el que exhibió superioridad, pero no efectividad y en el que seguro mereció más, especialmente en un primer tiempo en el que gozó de numerosas ocasiones claras para deshacer el empate.
Sobrevivió el Newcastle con un solo tiro entre los tres palos, en el tiempo añadido, en lo que fue su vuelta a la Liga de Campeones después de 20 años de ausencia.
Esta vez el Milan fue otro. Con Pobega como titular, con una presión alta que fue efectiva por la intensa marca de Loftus-Cheek, más tarde Musah sobre Bruno Guimaraes, el cerebro por el que pasaron los mejores momentos de las urracas, y con los espacios que permitió el combinado inglés, los de Stefano Pioli fueron agresivos y dañinos, características que, como sucediera el año pasado, solo mostró en Liga de Campeones.
Porque hubo hasta cinco elementos rossoneri que tuvieron la oportunidad de abrir el marcador. Chukwueze con dos remates.