Fotos: EFE
Si el Gamper de 2005 fue la carta de presentación de un tal Leo Messi, que aquella noche puso en jaque a la Juventus con tan solo 18 años, hoy un niño de 16, Yaminel Lamal, lideró la remontada de los azulgranas contra el Tottenham Hotspur (4-2), junto a otros noveles futbolistas y tremendamente descarados como Ez Abde, Ansu Fati o Fermín López.
Y es que en los 10 últimos minutos de locura, estos 4 jugadores, acompañados del deseo irredento de Ferran Torres y de la clarividencia de superclase de Gündogan le dieron la vuelta un partido que parecía perdido contra el conjunto inglés.
El doblete de Skipp en la primera parte como repuesta al tempranero gol de Lewandowski se antojaba, por momentos, suficiente para que los spurs se convirtieran en el primer equipo que se llevaba el botín en 11 años (el último fue la Sampdoria, en 2012).
Pero cuando Xavi empezó a dar entrada a la segunda unidad pasada la hora de juego para descansar a los teóricos titulares, todo cambió.
Más rodado y más intenso, el equipo de Postecoglou destacó por su ambición, pese a tratarse de un amistoso, por su buen trato al balón y por su insistencia hasta poner, en más de una ocasión, en aprietos a por Ter Stegen, después de un inicio dubitativo.
Hasta que en la recta final apareció Lamine para regalar con el exterior el empate a Ferran Torres luego de una internada por la derecha y quebrar la cintura de Reguilón con una finta de crack en la jugada del 3-2 que Ansu definió de forma magistral.
Abde, ya en el añadido, hizo el cuarto después de que Fermín, en jugada personal, lo asistiera desde la línea de fondo para sellar la victoria en el primer partido en el Lluís Companys, donde una afición desubicada, que apenas superó la media entrada, pasó de la lánguida resignación al delirio más extremo gracias a la irrupción del baby Barsa y su energía contagiosa.