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El escritor checo Milan Kundera falleció ayer en Francia a los 94 años. El prosista, dramaturgo y poeta, que desde la década de los ochenta escribía en idioma francés, alcanzó fama mundial en la segunda mitad del siglo XX con obras como La insoportable levedad del ser, La broma y El festín de la insignificancia. Su primer éxito fue El libro del amor ridículo, en 1969.
El autor nació el 1 de abril de 1929 en Brno, al sureste de la República Checa, vivía exiliado en Francia con su esposa, Vera, desde mediados de los setenta.
En 1979, el entonces régimen comunista le retiró la nacionalidad checoslovaca, aunque dos años más tarde el entonces presidente galo, François Mitterrand, le concedió la ciudadanía francesa.
Tomas Kubicek, director de la Biblioteca Nacional de Brno, que alberga la biblioteca personal del autor, destacó en declaraciones a la radio pública que “estaba sin duda entre los escritores más importantes del mundo”.
“Eso se muestra por haberse traducido su obra a 54 idiomas en 3 mil ediciones diferentes en todo el universo. Significa que los lectores han decidido que Kundera forma parte del canon de la literatura mundial”, concluyó.