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Cuando un partido sin tensión competitiva se apagaba, Rodrygo realizó el mejor homenaje con reivindicación contra el racismo incluida en la celebración para su amigo Vinicius Júnior, con una gran definición que decantó el derbi a un minuto del final y enterró las pocas esperanzas europeas que mantenía el Rayo.
Sin la alegría de Vini y su vendaval de futbol. Con el jugador sentado a la derecha de Florentino Pérez en el palco, en vez de estar desequilibrando jugada tras jugada en la banda izquierda del Santiago Bernabéu.
En una ola de cariño hacia el brasileño. Un grito unísono contra el racismo. Lo de menos fue el partido, intrascendente para un Real Madrid que desea el final de temporada y un Rayo al que se le
apagó el sueño europeo.