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Chelsea y Liverpool se regocijaron ayer en sus carencias, exhibieron todos los problemas que han truncado sus temporadas y no pasaron de un anodino empate 0-0 que no le sirve a ninguno de los dos equipos.
Se dieron cita en Stamford Bridge la falta de acierto arriba del Chelsea, que erró media decena de manos a mano, y la permisividad del Liverpool en defensa, que dejó que los blues llegaran con suma facilidad. El resultado fue un encuentro impropio de dos de los mejores equipos del Viejo Continente.
7 puntos separan al Liverpool de puestos europeos, 11 al Chelsea
A la ineficacia de Kai Havertz y Joao Félix se unió la caducidad de Joel Matip y Joe Gomez y surtió un cóctel de errores y fallos que amargó el debut de Bruno Saltor en el banquillo del Chelsea. Podría haber sido peor, pensaría el técnico español.
Al Chelsea ya solo le queda un test antes del Real Madrid y este fin de semana contra el Wolverhampton
Wanderers.