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El mexicano Sergio Pérez ganó de forma brillante el Gran Premio de Arabia Saudí, el segundo del Mundial de F1, en Yeda, donde lideró, por delante de su compañero neerlandés Max Verstappen, un nuevo doblete de Red Bull; en una carrera que el español Fernando Alonso (Aston Martin) acabó tercero, al firmar su podio 100 en la categoría reina: lo hizo de ida y vuelta, que recuperó después de que inicialmente lo hubiera tenido que ceder al inglés George Russell (Mercedes) a causa de una sanción que horas después de la carrera rectificó la FIA (Federación Internacional del Automóvil).
Checo, de 33 años, logró su quinta victoria en la Fórmula Uno, la primera del año, al ganar por delante de Verstappen -protagonista de la gran remontada del día, después de haber salido decimoquinto- y del doble campeón mundial asturiano, que, luego de recibir la sanción, le pasó el tercer puesto a Russell y lo volvió recuperar, en una carrera que el otro español, Carlos Sainz (Ferrari), terminó sexto.
El bravo piloto tapatío lustró aún más un ya brillante palmarés con su primer triunfo de la temporada y no es líder del Mundial porque, luego de intercambiarse constantemente los mejores parciales, el que marcó -en el último giro- la vuelta rápida fue Mad Max. Que comanda con un punto de ventaja (44-43) sobre su compañero mexicano un campeonato en el que un descomunal Alonso -en su segunda juventud, con 41 años- es tercero, con 30 unidades.
Fernando festejó durante unos minutos su “cajón” número 100 en la Fórmula Uno, en la que cuenta 32 victorias -la primera hace casi 20 años y la hasta ahora última, hace casi 10-. De hecho, subió al podio y festejó junto a Checo y a Verstappen, instantes antes de que le quitaran un delicioso caramelo que no había perdido; sin embargo, sabor. Y que horas después de la prueba, le devolvieron.
