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Del 4 de septiembre, en Old Trafford, databa la última derrota en la Liga Premier del Arsenal, que, 13 partidos después, luego de 7 victorias en las últimas 8 jornadas, revivió la frustración, se sintió vulnerable y repuso el debate sobre su liderato, reducido por el renacido Everton y un cabezazo de James Tarkowski (1-0).
Aún son 5 puntos más en los mismos 20 partidos que el Manchester City, y todavía es el primero de la tabla con el aval que significa que no haya perdido más que 10 puntos de los 60 por los que ha jugado en esta temporada, pero su aspecto sobrenatural de todo el recorrido anterior ya no asusta tanto. Ya no parece inabordable y ya no es imparable.
Es el efecto de una derrota con la que no contaba apenas nadie. Sus 13 encuentros consecutivos sin perder o sus 6 victorias en sus últimos 7 desplazamientos o sus 4 triunfos seguidos fuera quedaron en nada en cuanto compareció en Goodison Park.