Santos, Brasil EFE – Una despedida a la altura de un rey. Pelé ya descansa en paz. El astro brasileño dio ayer por la tarde su último paseo por las calles de Santos, en medio de la fiesta de una multitud que cantó y lloró hasta la sepultura de su mayor ídolo.
Miles, aficionados al futbol y otros no tanto, quisieron despedirse del, para muchos, mejor futbolista de todos los tiempos, el único que ha conquistado tres mundiales: Edson Arantes do Nascimento Pelé.
Entierro en la intimidad
Sobre las 14:00 (hora local), el cortejo llegó a su destino: el Memorial Necrópolis Ecuménica, el cementerio vertical que parece un bloque de apartamentos de playa con vistas a Vila Belmiro. Allí, los bomberos bajaron el féretro del camión y ocho cadetes de la Policía Militar lo cargaron en hombros hasta el interior del recinto, entre los acordes lánguidos de corneta.
El entierro se produjo en la más estricta intimidad, aunque su nicho seguramente se abra al público próximamente para que Brasil pueda honrar el legado de su “rey” por siempre.