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En total, 50 personas fueron capturadas en relación con el atentado que el pasado domingo dejó 6 muertos y 81 heridos en una céntrica calle de Estambul, y que el Gobierno turco achaca a un grupo kurdo de Siria, informó ayer el Ministerio de Justicia.
“El número de detenidos en relación con el ataque es ya de 50. Ninguna organización terrorista tendrá éxito atacando a Turquía”, advirtió el ministro Bekir Bozdag.
La principal sospechosa es Ahlam Albashir, una ciudadana siria a la que se acusa de haber colocado la bomba, quien fue arrestada 10 horas después del siniestro, mientras planeaba
escapar hacia Grecia.
El Gobierno responsabiliza del ataque a la milicia kurda de Siria YPG, considerada terrorista por Turquía, pero aliada de Estados Unidos en la lucha contra el yihadista Estado Islámico.
Para Turquía, el YPG es indistinguible del PKK, la guerrilla kurda que sí es considerada terrorista por EE. UU. y la Unión Europea; sin embargo, tanto el YPG como el PKK han negado cualquier implicación en el atentado.