El Gobierno de Panamá aseguró ayer que se registró un aumento del flujo de migrantes irregulares haitianos y ecuatorianos que llegan al país tras cruzar la selva del Darién, la frontera con Colombia, en su viaje hacia Estados Unidos.
Si bien “en la última semana el flujo de venezolanos ha disminuido considerablemente (…), hay otras nacionalidades que vemos en aumento; por ejemplo, Haití y Ecuador, y estamos muy pendientes de eso”, afirmó el presidente panameño, Laurentino Cortizo, sin más precisiones.
A este país han llegado, tras cruzar la peligrosa jungla procedentes de Colombia, más de 210 mil migrantes en tránsito hacia EE. UU. durante 2022, una cifra sin precedentes. Más del 70 por ciento es de nacionales de Venezuela y el resto, de una treintena de países de África, Asia y América.
210 mil migrantes irregulares han pasado por este país durante 2022.
Las autoridades han reportado una baja sustancial del flujo de venezolanos después de que Estados Unidos anunció, el 12 de octubre, que los migrantes de esta nacionalidad que ingresen de manera irregular serán expulsados al territorio mexicano.
Cortizo valoró como importante que el martes pasado las autoridades migratorias de la región junto con representantes de Estados Unidos se hayan reunido en la capital panameña para abordar la actual crisis.
Centroamérica ha sufrido varias crisis de migrantes irregulares de cubanos entre 2015 y 2016; haitianos, en 2021, y este 2022, de venezolanos, todos huyendo de situaciones críticas en sus países y con la intención de llegar a EE. UU.