Foto: Cortesía Revlon
El gigante de la cosmética Revlon se declaró ayer en bancarrota por problemas de liquidez, debidos a los impactos globales producidos por la alta inflación, las persistentes trabas en la cadena mundial de suministros y las obligaciones con sus acreedores.
La compañía emitió un comunicado en el que anunció que se acoge voluntariamente al capítulo 11 del Tribunal de Bancarrotas del Distrito Sur de Nueva York, lo que le permitirá continuar con sus operaciones mientras trata de reorganizar su estructura de capital y mejorar sus perspectivas a largo plazo.
Si la citada Corte aprueba la declaración, Revlon espera recibir una financiación de US $575 millones como deudor en posesión, lo que le va a permitir apoyar sus operaciones corrientes, ya que todavía goza de un fuerte apoyo de los acreedores.
En ese sentido, la CEO de Revlon, Debra Perelman, subrayó que la compañía se compromete a que su reestructuración sea “lo más fluida posible para nuestros accionistas, trabajadores, clientes y vendedores”.
Nacida en 1932, la compañía es una de las más importantes del campo de la cosmética (especialmente cosmética del cabello). Está presente en 150 países, emplea a unas 6 mil personas y es propietaria de marcas icónicas como Elizabeth Arden, Mitchum y Cutex, además de algunas asociadas a personalidades como Britney Spears o Christina Aguilera.