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La amenaza de que las aguas cálidas del golfo de México se transformen en una “incubadora” de destructores huracanes, es uno de los temores mayores para los meteorólogos, de cara a esta nueva temporada ciclónica en el Atlántico, que comenzó oficialmente el miércoles pasado, y que se prevé muy activa.
Si el pronóstico de los expertos para esta temporada se cumple, este sería el séptimo año consecutivo que se sitúa la actividad ciclónica por encima del promedio (14).
14 ciclones por temporada ha sido el promedio.
De las tormentas previstas, entre 6 y 10 podrían devenir en huracanes, y 3 y 6 de ellos alcanzar la categoría mayor en la escala de intensidad Saffir-Simpson, con la magnitud 5.
“Las temperaturas de las aguas mexicanas son cruciales, en términos de huracanes y tormentas, ya que obtienen el combustible que necesitan: vapor de agua de la superficie del océano”, advirtió Anthony Reynes, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami (EE. UU.).