Fotos: EFE
El Super Bowl Sunday está marcado en rojo en los calendarios deportivos estadounidenses. Fanes de los equipos finalistas y amantes del futbol americano en general, familias, amigos y compañeros se reúnen alrededor de una pantalla, ya sea en casa o en un bar, para celebrar un día que se ha convertido en una especie de festejo nacional extraoficial.
Y no solo por lo deportivo: la actuación en el medio tiempo causa tanta o más expectación que lo que ocurre con el balón ovalado.
33 años tardaron los Cincinnati Bengals en volver al Super Bowl, para enfrentarse a Los Angeles Rams.
El año pasado, 96.4 millones de personas siguieron el juego por televisión, según lo publicó la CNBC, el número más bajo desde 2007, y casi 6 millones de espectadores lo hicieron en plataformas de streaming.
En total, más de 100 millones de personas vieron la batalla entre los Tampa Bay Bucaneers, de Tom Brady, y los Kansas City Chiefs, de Patrick Mahomes.
En esta ocasión, el equipo de la División Sur de la Conferencia Nacional se impuso al de la División Oeste de la Conferencia Americana por 31-9, en el que, después del anuncio de su retiro, se ha convertido en el último Super Bowl de Brady. Este año, los Cincinnati Bengals, después de 33 años, disputarán el trofeo Vince Lombardi frente a Los Angeles Rams, en el SoFi Stadium, en Inglewood, California, el 13 de febrero.
Este gran evento de masas, en el que se enfrentan el ganador de Conferencia Nacional (NFC) y la Conferencia Americana (AFC), tiene su origen en la rivalidad entre dos ligas, la NFL y la AFL, American Football League, que finalmente se fusionaron en 1966.
Desde entonces, los Pittsburgh Steelers y los New England Patriots son los dos equipos con más trofeos en su haber, empatados a 6. Les siguen los San Francisco 49ERS y los Dallas Cowboys, con 5, y los Green Bay Packers y los New York Giants con 4. Curiosamente, los New England Patriots también son los que más Super Bowls han perdido, en 5 ocasiones, empatados con los Denver Broncos. Con 11 encuentros, son el equipo que más veces la ha disputado.
Al descanso
Para quien sea más de espectáculo musical que deportivo, el Super Bowl reserva un cuarto de hora para ello. El halftime show, la actuación en el descanso genera tanta expectación como el partido. Durante los primeros ocho años del campeonato, las bandas de marcha, principalmente, se encargaron de llenar ese hueco.
A mediados de los setenta del siglo XX se incluyeron personalidades de la televisión y Broadway, bailarines, músicos y cantantes contemporáneos. El espectáculo del medio tiempo iba ganando importancia y, en los noventa, los artistas y bandas pop del momento tomaron el relevo: New Kids on The Block, Gloria Stefan, Diana Ross, Boyz II Men, etc.
En esta etapa destacan conciertos como el de Michael Jackson, en 1993, el año en el que comenzaron las acusaciones de pederastia en su contra, y que supuso una especie de punto de inflexión. Ya en los 2000, se subieron otros artistas al escenario como Aerosmith, Christina Aguilera, Nsync, Enrique Iglesias, Phil Collins, Britney Spears, U2, No Doubt, Sting y Mary J. Blidge, entre otros. El año pasado, la tarea recayó sobre The Weeknd.
Este año serán las estrellas del hip-hop de los noventa y los 2000, Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem, Kendrick Lamar y Mary J. Blige los encargados de entretener a los espectadores dentro del estadio y al otro lado de la pantalla.