El Cristo Redentor, la imagen más representativa de Brasil y de América Latina, conmemoró ayer sus 90 años, lejos del cerro del Corcovado, donde se levanta, y sin los miles de fieles que año tras año le acompañan en su aniversario.
Las condiciones climáticas de Río de Janeiro, que atraviesa un frente frío, obligaron a trasladar la celebración a la Catedral de San Sebastián, en el centro de Río de Janeiro, y a festejar sin las habituales multitudes por la pandemia del Covid.
Debido a la falta del cristo, una réplica de su corazón fue ubicada en el altar de la Catedral para simbolizar su presencia durante la ceremonia litúrgica presidida por el arzobispo de Río, cardenal Orani João Tempesta.
Río de Janeiro, EFE .