El Nobel de Economía recayó en el análisis del mercado laboral del canadiense David Card, y de las relaciones causales del estadounidense Joshua Angrist y del holandés Guido Imbens, quienes han revolucionado la investigación empírica.
Card ha sido distinguido “por sus contribuciones a la economía laboral”, y Angrist e Imbens “por su metodología del análisis de las relaciones causales”, según el fallo de la Real Academia de las Ciencias Sueca.
Los tres han mostrado que los experimentos naturales pueden ser usados para responder a problemas como la influencia de los salarios mínimos y la inmigración en el mercado laboral.