La inteligencia artificial (IA), disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, es una de las ramas de la informática que más se expande en todos los terrenos de la actividad humana, combinada con diversas tecnologías, que entonces adquieren el “apellido” de “inteligentes”.
En general, tenemos poca conciencia de la omnipresencia de la IA, en la cual estamos inmersos a través de sus múltiples aplicaciones, desde los asistentes virtuales de voz o las apps para el celular, hasta la predicción del comportamiento del mercado financiero, el pronóstico meteorológico o la reducción del consumo energético en los edificios.
Esta tecnología, que permite a las computadoras aprender automáticamente sin necesidad de programarlas de forma continuada, tiene un uso cada vez más variado y, según la consultora Accenture, podría llegar a aumentar la productividad de las empresas no menos de un 40 por ciento para 2035, según Ironhack, escuela especializada en formación intensiva de talento digital.
Técnicas matemáticas
En pocos años, los algoritmos catalogados como Machine Learning han evolucionado para conseguir manejar grandes volúmenes de datos, obtener mejores resultados y resolver problemas de manera más eficiente.
“El aprendizaje automático (AA) es un conjunto de técnicas matemáticas con las cuales se consigue tomar decisiones o hacer predicciones automáticamente”, explica Claudia Rivera, jefa de datos de Ironhack.
Con base en los datos se construye un modelo (o máquina de decisión /predicción) en un proceso llamado entrenamiento, en el cual se “enseña” al algoritmo aquello que tiene que saber.
De acuerdo con Rivera, si cambiamos los datos, el modelo también cambia: “Los datos pueden cambiar porque se actualizan, porque se decide incluir más o porque se decide incluir menos”. Este sistema se utiliza en infinidad de áreas, desde las predicciones meteorológicas hasta las estadísticas de uso de páginas web.
Entre sus aplicaciones más cotidianas Rivera menciona las búsquedas de Google, cuando al poner dos letras en la ventana del buscador aparece debajo una serie de opciones de lo que podríamos interesarnos, que el AA elabora basándose en nuestras búsquedas anteriores, siendo el resultado diferente para cada usuario.
Aplicaciones actuales
Aunque parezca una tecnología del futuro, su aplicación práctica ya forma parte de nuestro día a día. Algunos usos del AA en nuestra vida cotidiana son detección facial, para desbloquear el teléfono; reconocimiento de voz con los sistemas de Ok Google y Oye Siri; y el marketing personalizado, basado en cómo actúa el usuario al utilizar internet.
El AA también está presente en algunos diagnósticos médicos, con sistemas que detectan patologías con rapidez y menor error. De hecho, mostró una eficacia del 90 por ciento en la detección de cáncer de mama y próstata, permitió avances en el diagnóstico y tratamiento del derrame cerebral,
alzhéimer y demencia senil, y ayuda a detectar malformaciones o problemas durante el embarazo, según Ironhack.
Por: Ricardo Segura / EFE