El actor italiano Roberto Benigni protagonizó hoy los actos por el VII centenario de la muerte de Dante Alighieri, interpretando el canto XXV del Paraíso de la Divina Comedia, dedicado a la esperanza, un tema más oportuno que nunca en pandemia.
El evento, retransmitido en directo por el primer canal de la televisión pública italiana (RAI), tuvo lugar en el romano Palacio del Quirinale, sede de la Jefatura del Estado, ante el presidente Sergio Mattarella y el ministro de Cultura, Dario Franceschini.
Dante es el autor de la Divina Comedia, un recorrido imaginario por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, obra capital de la literatura italiana, pero también base de ese idioma, porque a inicios del siglo XIV recitó en dialecto florentino y no en latín.
Italia dedica cada 25 de marzo al Sumo Poeta, ya que los expertos sitúan en esa fecha el inicio de su aventura ideal por el Más Allá, pero este año lo homenajea por todo lo alto al coincidir el séptimo centenario de su muerte en 1321, exiliado de su Florencia natal.
Un canto
Benigni, Óscar por La
vita è bella, 1998, ya interpretó en el pasado al poeta, con exitosas giras
por el país y en televisión, y no quiso faltar en esta importante efeméride
cultural.
En esta ocasión interpretó uno de los últimos
cantos que componen el Paraíso de la Divina
Comedia, el XXV, en el que el poeta atiende una lección sobre la esperanza
del apóstol Santiago el Mayor.
Una palabra más pertinente que nunca en estos
momentos en los que Italia trata de ganar la batalla al coronavirus tras un año
de pandemia que ha dejado no menos de 100 mil muertos y 3.5 millones de
contagiados, además de una grave crisis económica.
“Es un canto de esperanza, la vemos en todos esos
carteles de que ‘todo irá bien’ (en la pandemia), son himnos a la esperanza,
que es la virtud más popular, necesitamos esperanza”, resumió el artista, como
un juglar, antes de empezar la recitación.
La Comedia
(se dice que fue Boccaccio quien la bautizó después con el apelativo Divina) es, de hecho, todo un camino de
redención y de esperanza en la que el poeta asiste a los horrores del infierno
y a las penas del Purgatorio con la certeza de la salvación.
Dante empieza este canto expresando su mayor
anhelo, su regreso a Florencia, ciudad de la que fue exiliado en 1302 hasta su
muerte en las cruentas pugnas entre los gibelinos, partidarios del Imperio
Germánico, y los guelfos, afines al papa y a los que seguía el poeta.
Y después dialoga con el santo de Compostela,
ante el que define la esperanza como “la espera segura de la futura beatitud”.
El ministro Franceschini aludió a este mismo
deseo, la esperanza, al pronunciar el endecasílabo que cierra el Infierno: E quindi uscimmo a riveder le stelle,
proclamaba el poeta al abandonar el inframundo.
Italia arranca así un rico programa de actividades
que homenajeará a este padre de la patria durante todo el año, también en el
extranjero a través de su red de embajadas e institutos, con unos 500 eventos
de “diplomacia cultural”.
- Agencia EFE