En medio del contexto sombrío generado por la pandemia, finalmente los guatemaltecos podemos ver una luz al final del túnel: en el curso del mes que hoy comienza, el país tendrá vacunas suficientes para inmunizar a 400 mil ciudadanos. El anuncio lo hizo el presidente de la República, Alejandro Giammattei, en Los Durazanales, aldea de Concepción Chiquirichapa, Quetzaltenango, una localidad apartada pero que, gracias a los esfuerzos del Gobierno y con el apoyo de Taiwán, se ha subido al tren del desarrollo.
Justificadamente emocionado, el Dr. Giammattei informó al pueblo de Guatemala haber recibido de la Ministra de Salud “la comunicación del Sistema Covax, en la que nos dicen que entre mediados y finales de febrero estaremos recibiendo un primer lote de 800 mil dosis, para vacunar a 400 mil personas contra el Covid-19”.
Los primeros en recibir la cura serán quienes han estado en la primera línea de batalla y han ofrendado muchas vidas para resguardar a los ciudadanos, siendo ellos médicos, enfermeras, socorristas y quienes han asumido la penosa y riesgosa labor de movilizar los cuerpos de las víctimas.
Seguirán, en el orden de prioridad, los ciudadanos más expuestos: adultos mayores de 75 años.
El Jefe de Estado mostró claramente su sentido de urgencia en cuanto a impulsar las jornadas de vacunación cuando indicó que se iniciará inmediatamente después de que se reciba, de la empresa farmacéutica AstraZeneca, el primer lote.
El anuncio es muy esperanzador, pero sería poco realista asumir que, con el aviso, el problema sanitario causado por Covid-19 ha sido resuelto de forma definitiva.
Así como las autoridades sanitarias deben mantener la estrategia de contención del virus y disponer de los insumos necesarios para la atención de pacientes, conviene que los ciudadanos refuercen las medidas de prevención: lavado de manos constante, uso correcto de mascarilla y distanciamiento físico.
En Guatemala, hasta el 29 de enero el Ministerio de Salud contabilizaba 5 mil 618 decesos; es decir, 5 mil 618 familias impactadas, algunas hasta dos, tres o más veces. Padres, hermanos, hijos, tíos y amigos han partido, muchos por la irresponsabilidad de quienes ven con desdén la enfermedad y, temerariamente, desatienden las medidas de bioseguridad.
Por ellos y por quienes nos siguen acompañando conviene reflexionar en cuanto a que la lucha contra el coronavirus continúa y continuará aun con las primeras vacunaciones. Esto debemos tenerlo claro y recordarlo en todo momento. Es cierto, hoy hay razones para celebrar, para incrementar nuestra fe, pero también para extremar los cuidados.