Con el verano recién estrenado y el consecuente aumento de la circulación de personas, Argentina inició ayer una nueva extensión, hasta el 31 de enero próximo, de las medidas para frenar el coronavirus, en un momento de incertidumbre por la aún alta curva de contagios.
Aunque hace semanas que la media diaria de nuevos casos se viene ubicando muy por debajo del récord de 18 mil 326 positivos, registrado el pasado 21 de octubre, en los últimos días las autoridades han alertado de que ese descenso ha empezado a estabilizarse, coincidiendo con la cada vez más transitada vía pública y el relajamiento de las medidas por parte de la población.
“Es importante tener en cuenta que seguimos con transmisión comunitaria del virus”, dijo la directora nacional de Epidemiología, Analía Rearte. Buenos Aires, EFE.