Afectados se reponen de los daños causados por las tormentas Eta y Iota.
La región norte de Honduras continúa en tareas de limpieza de montañas de lodo y todo tipo de basura, y la reactivación del quehacer productivo, ocho días después de que la tormenta tropical Iota salió del país, dejando decenas de muertos y pérdidas a la infraestructura. El nivel del agua no ha terminado de descender como en 5 barrios del municipio de La Lima, de más de 100 mil habitantes, uno de los más destrozados y donde impera un ambiente putrefacto.
Las aguas del caudaloso río Chamelecón, que cruza por el centro de La Lima, una de las zonas bananeras más importantes durante el siglo pasado, han comenzado a bajar, lo que les ha permitido a los damnificados acercarse a sus casas para limpiarlas del promontorio de lodo y basura en que las dejaron las inundaciones.
En otros departamentos como Santa Bárbara, Copán, Ocotepeque y Lempira, en el occidente hondureño, por ejemplo, varias comunidades siguen incomunicadas por los destrozos que causaron las dos tormentas tropicales en carreteras y puentes.