La Marisoul, la carismática cantante de La Santa Cecilia, se lanza en solitario con un disco de clásicos de la música latina que grabó antes de la pandemia acompañada de una orquesta en directo como homenaje a su padre, “su mejor amigo”, quien le transmitió la pasión por la música.
“Mi papá me decía: ‘Tú eres de cantar en una orquesta, como Toña la Negra o La Sonora Santanera’. Y se dio la oportunidad de hacer un homenaje a esa visión de mi padre”, explicó emocionada Marisol Hernández en una videollamada desde su casa en Los Ángeles (EE.UU.).
Por eso, el sueño de la artista era recrear el sonido de las grandes orquestas, de las big bands, que inmortalizaron las canciones del siglo pasado que tanto escuchó y cantó con su padre “desde que tenía 14 ó 15 años”.
La Marisoul and The Love Notes Orchestra es el resultado de ese homenaje, el primer disco en solitario de la voz de La Santa Cecilia, una de las bandas musicales más queridas por los mexicanos que viven en Estados Unidos y por los estadounidenses con raíces en México.
Son siete clásicos, desde Angelitos Negros a Bonita, los que componen la primera parte del disco, que se lanzará en dos volúmenes y que dan una nueva vuelta a las composiciones atemporales que aún pasan de generación en generación entre familias latinas de todas partes del mundo.
“Nunca tuve una intención de hacer un disco, era un show. Pero en los ensayos yo me sentía tan feliz, tan emocionada. Quería grabarlo y documentarlo”, apunta.
Detrás de La Marisoul, una pared recoge fotografías de las artistas que han servido de inspiración para el álbum: Celia Cruz, Ella Fitzgerald, Olga Guillot, Toña La Negra… “Mujeres hermosas, morenas y diversas que abrieron muchos caminos”, según la cantante.
La misma pasión y fuerza que La Marisoul pone en sus actuaciones con La Santa Cecilia brota en composiciones como Un Telegrama, el primer sencillo del disco que ha acompañado de un video grabado y producido por ella misma en su casa.
“Era una canción que se hizo muy famosa en América Latina y España a finales de la década de 1960, cuando la cantó Monna Bell. Siempre quise cantarla en directo”, detalló.
La Marisoul destaca que el disco surgió del amor y nunca tuvo un plan para publicar las canciones, que grabó para recordar el concierto especial con orquesta a principios de año en Los Ángeles, un año después del fallecimiento de su padre. “Todo el proyecto nació por celebrar su visión. Era una carta de amor al mundo y a él. Yo quería que estuviera presente”.
Lo que no esperaba es que después llegaría la pandemia y tendría que bajarse de los escenarios, por lo que tuvo tiempo de escuchar el concierto en su casa varias veces hasta que se animó a lanzarlo. “Yo no hago música ni creo cosas por dinero, las creo porque tengo inquietudes y sueños. Soy una persona muy emocional, nunca es trabajo”, dijo.
El distanciamiento y la falta de música en directo es lo que impulsó a La Marisoul a publicar el disco mientras espera volver a reunirse con sus compañeros de La Santa Cecilia, ganadores del Latin Grammy al mejor disco alternativo por Trenta Días.
“Estamos pasando por un momento traumático, para toda la humanidad. Que uno no piense que le afecta. ¡Somos humanos!”.
¿Lo que más echa de menos? “Conectar con el público y llevarlos por emociones”.
*EFE