Dune, de Denis Villeneuve y con Timothée Chalamet como protagonista, es la última víctima de la pandemia en Hollywood, ya que, debido a la incertidumbre que hay en las salas, Warner Bros. decidió aplazar su estreno del 18 de diciembre de este año al 1 de octubre de 2021.
La web Collider informó hoy de este enésimo retraso en el calendario de blockbuster (superproducciones) de Hollywood y que llega solo tres días después de que No Time to Die, la nueva cinta de James Bond, también renunciara a 2020 al fijar su estreno en el 2 de abril del próximo año.
Nominado al Óscar por Call Me by Your Name (2017), Chalamet es solo uno de los alicientes de un reparto repleto de figuras en el que aparecen Javier Bardem, Óscar Isaac, Zendaya, Jason Momoa, Rebecca Ferguson, Josh Brolin, Dave Bautista, Stellan Skarsgård y Charlotte Rampling.
La novela Dune de Frank Herbert llegó a las salas en 1984 con una cinta dirigida por David Lynch que, con numerosos problemas en el rodaje, tuvo en su reparto a Kyle MacLachlan, Virginia Madsen, Francesca Annis, José Ferrer y Sting.
Un 2020 casi sin películas
El retraso de Dune, previsible por el ambiente en Hollywood pero sin duda una nueva mala noticia para la industria, vacía aún más el calendario para lo que resta de año y en el que prácticamente ya no quedan grandes estrenos de relumbrón.
Por ahora resisten Soul, cinta de Pixar que debería estrenarse en noviembre pese a que muchos rumores la colocan ya en la plataforma digital Disney+; y Wonder Woman 1984, que ya acumula tres retrasos (de junio a agosto, de agosto a octubre, y de octubre a diciembre).
En el caso de Wonder Woman 1984 también juega en contra que, como Dune, es una película de Warner Bros., el estudio que contra viento y marea se empeñó en presentar Tenet en las salas después de que estas llevaran meses cerradas por el coronavirus.
La estrategia comercial de esta superproducción de Christopher Nolan no funcionó nada bien en EE. UU. Los estudios tomaron Tenet como un aviso para navegantes y su dilema es este: ¿pueden obtenerse grandes recaudaciones con no todas las salas abiertas, Los Ángeles y Nueva York cerrados por ahora, cines con aforo limitado, distanciamiento social entre los espectadores, y el probable miedo del público a acudir a sitios con mucha gente?
En el lado contrario están los cines, muy agobiados dentro de su propia crisis económica por el coronavirus y para los que todos estos retrasos de los blockbuster suponen un gigantesco problema.
Las salas quizá puedan sobrevivir en el corto plazo con películas indies o nostálgicas reposiciones de clásicos, pero a la larga necesitan las superproducciones de Hollywood para atraer al público en masa.
La noticia del retraso de Dune coincidió, asimismo, con otra mala señal para el futuro inmediato de la gran pantalla ya que Regal, la segunda cadena de cines más grande de Estados Unidos, confirmó hoy que esta semana cerrará todas sus salas de manera indefinida, ya que la pandemia y la situación de Hollywood hacen inviable su negocio.
*EFE