Ernesto Alterio y Clara Lago protagonizan Crónica de una tormenta, primer largometraje de la argentina Mariana Barassi, una historia en la que se cruzan la ética y la ambición en el mundo del periodismo.
Basada en la obra teatral Testosterona, de la mexicana Sabina Berman, la película, que se presentó ayer en la sección oficial del Festival de Málaga, se desarrolla durante una noche, en el momento en que el director de un periódico debe elegir a su sucesor.
Según Mariana Barassi, el personaje de Clara Lago se plantea “hasta dónde llegar con su ambición, cómo ejercerla desde un lugar más ético, qué dejar de lado, y el temor de convertirse profesional o éticamente en alguien con quien uno no comulga”. Por ello, considera que a lo largo de la cinta se produce un desencantamiento con esta figura, al “tomar una posición con la que hiere a un ser querido y acepta unas condiciones de juego que no quería”.
Para Ernesto Alterio, su personaje es un hombre en un momento muy complicado de su vida, que prueba en carne propia sus acciones, que debe reinventarse, y que está en la disyuntiva de escoger a un sucesor.
El actor argentino afrontó como “un desafío” esta película, que se “sostiene” con la pareja protagonista, con escenas muy largas (18 páginas), filmadas durante 15 minutos sin cortar. “Eso generaba un clima y una sensación de realidad muy fuerte que no había sentido rodando en cine. Entrabas en un viaje muy rico, en el que pasabas de un estado a otro”, resalta Alterio.
Lago destacó que hay verdades que se revelan durante la noche, y que ambos protagonistas tienen dilemas. En el caso de su personaje, “al ser racional y emocional a la vez” y llegar a un momento “en el que la razón, la ética y la moral te indica el camino de lo correcto, pero hay una relación personal fuerte” con el otro.
El productor, Gerardo Herrero, decidió emprender este proyecto después de conocer la obra teatral, en la que le pareció que había “una historia que se podía contar”. “Hablar del periodismo es interesante, y me interesaba la lucha de poder, no solo de los sexos, sino cómo se maneja el poder en los medios de comunicación y las grandes empresas”, afirmó.