Tras la larga travesía del confinamiento, el Centro Pompidou de París reabrió hoy sus puertas con una exposición dedicada al artista Christo, célebre por sus envoltorios monumentales y fallecido a finales de mayo.
Se trata de una exposición “maldita”, según reconoció el presidente del museo, Serge Lasvignes, porque tenía previsto su presentación el 17 de marzo, el mismo día en el que el Gobierno francés decretó el confinamiento para combatir la pandemia.
Poco más de un mes más tarde, Christo falleció como consecuencia de una insuficiencia respiratoria sin poder presenciar la retrospectiva que le dedicó la ciudad que le había acogido dos años después de haber huido de su Bulgaria natal.
“Esta exposición trasciende la muerte del artista, nos parece una forma extraordinaria de reabrir las puertas tras este doloroso parón”, explicó Lasvignes, que señaló que su museo busca “devolver el optimismo a través del arte” a la población.
En París nació la idea de envolver objetos con un fin artístico y allí, en un pequeño apartamento abuhardillado que le sirvió como taller, dio los primeros pasos su concepción de trasladarla a monumentos.
Exilio en París
“Había hecho estudios muy académicos en Sofía, y en París se impregna de la efervescencia artística y quiere desarrollar un gesto propio, novedoso. Así es como surge el empaquetado, (…) que concibe como una tensión entre la superficie y el volumen”, aseguró la comisaria de la muestra, Sophie Dupleix.
La muestra se centra en el periplo parisiense de Christo, en la influencia que en el artista tuvo la ciudad adonde llegó en 1958 y que le acogió hasta que se instaló en Nueva York en 1964. “Son unos años esenciales en la evolución de su trabajo”, aseguró la comisaria, que señala que siempre mantuvo una relación particular con la capital francesa.
Fue allí donde conoció a Jeanne-Claude, nacida como él el 13 de junio de 1935 y con quien, además de una relación sentimental, acabó desarrollando una profunda simbiosis artística que hace que “no se pueda entender su arte sin ambos”.
La muestra de París recoge los primeros objetos que Christo envolvió para plasmar su lenguaje: maletas, carros de la compra, juguetes o sillas de niños.
De la mano de Jeanne-Claude, los proyectos comienzan a cobrar tamaño y ambos empiezan a crear obras efímeras de gran calado, como el muro de bidones que formaron en una calle de París en 1962 como denuncia del telón de acero del que Christo había escapado.
Hasta que, con el tiempo, surgió la idea de envolver grandes monumentos, el colofón de su obsesión por la superficie y el espacio, la idea que les dio fama internacional, que llevaron desde el Reichstag de Berlín a la Mastaba de Londres.
El arco del triunfo
El artista tenía como principio solo envolver un monumento por ciudad. En París lo había hecho en 1985 en el Pont Neuf, uno de los más emblemáticos sobre las aguas del Sena.
A esa obra esta dedicada buena parte de la exposición del Pompidou, con una gran maqueta que muestra el puente empaquetado en las lonas de Christo.
Pero el vínculo extraordinario que mantenía con la ciudad le llevó a plantearse un segundo proyecto en la capital, mucho más impresionante y emblemático: envolver el Arco del Triunfo, algo que estaba programado para 2020.
“Lo tenía pensado desde 1962 e, incluso, hay bocetos y un montaje fotográfico que lo muestran”, explicó Dupleix.
Las autoridades francesas le dieron el visto bueno para que lo llevara a cabo en 2020, pero de nuevo el destino se interpuso en el camino de los deseos del artista. Todo estaba ya listo, las lonas compradas y los planos elaborados por el artista y su equipo cuando la irrupción de la pandemia echó por tierra el calendario.
Los planes se trasladaron al otoño de 2021, pero volvieron a sufrir un varapalo con la muerte del artista. “Le habría encantado ver esa obra, pero creo que llevarla a cabo será un magnífico homenaje a su figura”, indicó la comisaria.
*EFE