Un gol en propia puerta, después de un rebote, y la anotación de Harry Kane, fue la inyección de suerte que necesitaron José Mourinho y los suyos para derrotar al West Ham (2-0).
El Tottenham necesitaba esta victoria para seguir enganchado a los puestos que dan acceso a Europa y más aún después de no haber conseguido el triunfo la semana pasada frente al Manchester United.
Con un juego mucho mejor que el desplegado contra los diablos rojos, aunque también contra un rival peor, el Tottenham disfrutó de la pelota y de las mejores ocasiones, gracias a un genial Giovani Lo Celso en la medular.
Gracias a la victoria de ayer, el Tottenham se colocó séptimo en la tabla con 45 puntos, a 6 de las posiciones de Liga de Campeones, mientras que el West Ham sigue coqueteando con el descenso y es décimo séptimo, con los mismos puntos que el Bournemouth. EFE