El confinamiento por el coronavirus se hace duro para todo el mundo, especialmente para un deportista de élite, y se convierte casi en una pesadilla si, además, tienes a tu familia a más de 8 mil kilómetros de distancia, caso de los marchadores guatemaltecos Erik Barrondo y Mirna Ortiz.
Ambos se entrenan en Guadix (Andalucía, sur de España) bajo la tutela de Paquillo Fernández, exatleta español, natural de esta localidad granadina, quien los ha preparado en los últimos años.
Paquillo se estruja estos días la cabeza para que sus marchadores puedan seguir entrenando y no perder la forma, pese a tener que hacerlo, a causa del estado de alarma decretado en el país por la crisis sanitaria, en el piso que comparten, en lugar de en las tranquilas carreteras de la provincia granadina.
El carácter afable y optimista de Barrondo y de Mirna permite que se tomen esta anómala situación no como un mal sueño sino como un obstáculo más en una carrera deportiva, que nunca ha sido fácil para ninguno y que sigue teniendo en los Juegos Olímpicos de Tokio, ahora ya en 2021 y no en 2020, como el gran objetivo al que apuntan.
“De momento están los dos bien, y estamos trabajando mucho en lo psicológico, porque es inevitable pasarlo mal ante este panorama”, explicó a Efe desde Guadix Paquillo, toda una referencia en la marcha mundial, tras haber sido plata olímpica en Atenas 2004, doble campeón europeo y triple subcampeón del mundo en la distancia de 20 kilómetros. El preparador detalló que se encuentran esperando “un tapiz” que acaba de adquirir para que los atletas puedan marchar en casa, donde estos días completan “circuitos, trabajos de fuerza, e incluso algunos ejercicios anaeróbicos”.
El contacto entre Paquillo y sus pupilos es constante, pese al confinamiento, aunque no de forma directa, pero interactuando “mediante videoconferencias, whatsapp y todo lo que permiten las nuevas tecnologías”.
No frenan el trabajo
“No se puede hacer otra cosa por ahora, pero eso sí, estamos sin parar; todos los días completan sus entrenamientos”, agregó Paquillo, y reconoció que han vivido días “de incertidumbre y ansiedad” hasta que se ha confirmado el aplazamiento de los juegos olímpicos, para los cuales los dos atletas tienen plaza ya asegurada, pero que ya ha “bajado el estrés”.
Ahora, el entrenador cree que es fundamental “conocer el calendario alternativo o la reestructuración que va a haber del mismo”, para planificar los próximos meses de trabajo.
Tanto Mirna Ortiz como Erik Barrondo participaron el 7 de este mes en el Campeonato Nacional de Marcha de Irlanda, y quedaron confinados ya en Guadix, prácticamente a la vuelta de esa competición, y tienen claro que no se va a disputar la Copa Mundial de Marcha, que estaba prevista para el 1 de mayo y que era el gran test antes de los juegos.
“Es una pena porque estaban clasificados y preparados para los juegos”, se lamentó Paquillo, que tiene contrato con la Federación Guatemalteca de Atletismo “hasta 2020, hasta que se celebraran los juegos”.
Ahora, tras el aplazamiento de la cita de Tokio, tienen que “esperar a que acabe todo esto para ver la situación”, aunque cree que no habrá problema para seguir encargándose de la preparación de los atletas hasta 2021.