Las principales calles de Honduras a lucieron ayer vacías, ante el temor de la población de contagio con el coronavirus, que afecta ya a 24 personas en el país, y el toque de queda absoluto impuesto el viernes por el Gobierno, para tratar de contener el avance del virus.
Esta medida se mantendrá hasta el próximo 29 de marzo, cuando el Ejecutivo decidirá si la amplía, la cual restringe la movilidad de la población y ha cerrado sus fronteras aéreas, terrestres y marítimas para el tránsito de personas, con excepción del transporte de carga.
Algunos hondureños pueden salir a la calle y moverse por las diferentes ciudades, pero solo si justifican que lo hacen por motivos laborales o de salud.
En Tegucigalpa, las autoridades comenzaron ayer a entregar raciones de alimentos a familias pobres y distribuyen agua potable a al menos cuatro barrios, mientras que la alcaldía continúa con labores de limpieza en los mercados de la capital.