El brasileño declaró durante ocho horas y fue liberado por la fiscalía.
Ronaldinho Gaúcho, el mago del balón que enamoró al mundo con su eterna sonrisa, vive una jubilación agitada desde que decidió colgar las botas, hace dos años.
El astro brasileño acumula problemas con la Justicia de Brasil y ahora también con la de Paraguay, donde permaneció bajo custodia policial por ingresar junto a su hermano, el empresario Roberto de Assis Moreira, con supuestos pasaportes falsos.
Hasta allí viajó para promocionar un programa de asistencia médica gratuita de una fundación benéfica y, de paso, para presentar su libro Genio de la vida.
Pero todo se ha visto ensombrecido por este episodio, más propio de una película que de la vida de una leyenda futbolística retirada, que incluye una trama aeroportuaria, documentación falsa y policías apersonándose en un hotel cinco estrellas, a las afueras de Asunción.
La trayectoria de Ronaldinho lejos de los terrenos de juego bien podría encuadrarse en una producción de Hollywood, así el año pasado el gobierno de Jair Bolsonaro lo haya nombrado “embajador” del turismo brasileño.
Ronaldinho, de 39 años, y su hermano fueron condenados en 2015 por la construcción de una plataforma de pesca y un muelle para atracar barcos en una área preservada de Porto Alegre. En ese entonces, se negaron a cumplir con la sentencia, que decretó el pago de una multa de 2 millones de dólares, ante lo cual el juez del caso ordenó a finales de 2018 la aprehensión de los pasaportes.
La Justicia brasileña también le embargó varios vehículos de alta gama valorados en unos 45 mil dólares, 1 obra de arte y bloqueó hasta 57 inmuebles.
Deuda millonaria
El campeón del mundo con la canarinha en 2002 también tuvo problemas con la alcaldía de Porto Alegre, por el impago de numerosas cuotas referentes a los impuestos sobre bienes inmuebles y la recogida de basuras.
En total, acumuló una deuda de casi 2.2 millones de dólares por el impago de esos 2 tributos, lo que le convirtió, según afirmó entonces el Fisco de Porto Alegre, en el mayor deudor de la capital del estado de Río Grande do Sul.
En otro frente abierto, Ronaldinho será enjuiciado en una acción civil colectiva que demanda 300 millones de reales (unos 135 millones de dólares), por daños morales y materiales en relación a una investigación por promover una estructura de pirámide financiera.
Ronaldinho fue convocado en octubre del año pasado por la Cámara de Diputados de Brasil, para dar explicaciones por ese escándalo.