Garbiñe Muguruza tendrá la oportunidad de convertirse en la primera española en levantar el título en Melbourne Park ante la joven estadounidense de 21 años Sofia Kenin en una final que se disputará este sábado en la pista Rod Laver Arena.
Muguruza completó una suave sesión de entrenamiento en pista cubierta que ni siquiera alcanzó la hora de duración con el propósito de seguir con las mismas sensaciones que le han servido para catapultar su nivel de nuevo y retomar las versiones de Wimbledon en 2017 y Roland Garros en 2016 cuando se proclamó campeona.
“Es muy gratificante verla jugar así, lo agresiva que es, su capacidad por aguantar desde la línea de fondo y su facilidad por generar diferentes tipos de juego”, comentó su entrenadora, Conchita Martínez, con una sonrisa de satisfacción por haber recogido los frutos de una semilla cultivada a finales del pasado noviembre cuando arrancaron la pretemporada tras tomar la decisión de volver a trabajar juntas.
Precisamente, fue la extenista oscense la última española que se quedó a las puertas del título en 1998 tras tropezar con la suiza, y número uno en esa edición, Martina Hingis.
Anteriormente, su compatriota Arantxa Sánchez Vicario también se proclamó finalista tras perder con contundencia ante la alemana Steffi Graf y la francesa Mary Pierce en los torneos de 1994 y 1995.
Sin embargo, el temple y la progresión en el tenis que han marcado la trayectoria hasta la final de Muguruza, así como su experiencia de haber conseguido dos finales de Grand Slam, alimentan las posibilidades de romper con esta maldición para el tenis femenino español.
EFE