Las autoridades de El Salvador comenzaron este jueves con el traslado de alrededor de 600 presidiarios para clausurar la cárcel de una localidad del norte del país y ocupar el espacio para construir una sede universitaria, informó la Presidencia.
La fuente señaló que el traslado de los privados de libertad, recluidos en el Centro Penal de Chalatenango (norte), “responde a una de las principales promesas de campaña del presidente (Nayib Bukele) de sacar a los internos de esa ciudad para dar paso a la creación de una sede universitaria”.
“Este día hemos iniciado con el cierre total y definitivo del Centro Penitenciario de Chalatenango (…) solo hoy, trasladamos a más de 600 reos (el 45 % de su población penitenciaria) a otros penales y en los próximos días trasladaremos los restantes 730”, señaló el mandatario en su cuenta de Twitter.
La Presidencia también informó de que el traslado de los reos, al que no fueron convocados los medios de comunicación, “obedece a las acciones que ejecuta la Dirección General de Centros Penales de clausurar instalaciones penitenciarias de lugares de alta concentración de personas”.
“La existencia de penales dentro de las ciudades, muchos de ellos construidos hace décadas, ya no corresponde con las medidas necesarias para garantizar la seguridad de las poblaciones aledañas”, indicó.
La fuente no especificó las cárceles a los que fueron trasladados los presos, ni si estas personas son reos comunes o miembros de alguna pandilla.
De acuerdo con diversas organizaciones humanitarias, el Estado de El Salvador viola los derechos de los presos con una serie de “medidas extraordinarias” aplicadas por el Ejecutivo en 2016 y que se volvieron permanentes por decisión de la Asamblea Legislativa.
La organización Cristosal pidió el 2 de diciembre a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que anule parcialmente la reforma a la ley penitenciaria que permite tratos “inhumanos” en las prisiones.
Estas medidas son las relacionadas con la restricción de la visita familiar, el régimen estricto en las cárceles de máxima seguridad y el aislamiento prolongado de los reos. San Salvador, EFE