Quien escribe esta columna fue narrador oficial de ese deporte. Es aquí donde el Rayo logró su mayor auge, pero no debemos olvidar que las fronteras también se abrieron para el Rayo, y durante una temporada en Panamá se convirtió en el favorito de todos los luchadores de diversas nacionalidades que llegaban a aquel país hermano.
Hace poco tiempo, siendo su amigo sincero, observé que todo aquel “ángel” que le acompañó por tantos años ya no era el mismo, y me permití decirle: “Mirá Paco, creo que ya es hora de pensar en tu retiro”, a lo que él me contestó: “Si vos, ya me lo han dicho otros compañeros”.
Fue así como, en 2010, aprovechando que la empresa Mayaeventos preparaba un big show (gran espectáculo), esta autorizó que dentro de la actividad se programara el retiro del gran Rayo Chapín. Nuevamente tuve el gran honor de ser quien le entregara un hermoso trofeo con el cual se reconocía tantos años de trabajo, tantas glorias, alegrías y tristezas que el gran Rayo Chapín le dio a su Guatemala, bendita tierra que recibió sus restos mortales el sábado 5 de este mes.
Descanse en paz nuestro querido Rayo Chapín y, a sus amigos y familiares, cristiana resignación.
Por Enrique Bremermann